Con la llegada de las temporadas vacacionales, también arriban las inquietudes de diferentes sectores de la población por temas relacionados con la conservación y el mantenimiento de los espacios naturales. Esto se debe a la ausencia del sentimiento de pertenencia de muchos viajeros, quienes no asimilan que vivimos en un mundo formado por ecosistemas y que sus acciones afectan tanto a su entorno como a ellos mismos.
El mal hábito de dejar latas y botellas en el suelo o en la arena, así como arrojar basura por la ventana del carro o dejar bolsas de basuras en cualquier parte de la carretera o en campamentos públicos, muestran el bajo nivel de educación de las personas y conlleva contaminación y pérdida del atractivo turístico de nuestros espacios naturales.
Ciertamente, el turismo es una fuente importante de ingreso económico para las poblaciones y por ende el país. Pero el interés de obtener un beneficio directo de las temporadas vacacionales por parte los pobladores de zonas aledañas a los centros de mayor atractivo turístico, así como por parte de los entes gubernamentales, debe estar acompañado de un control del turista, así como de la información necesaria acerca de las condiciones de uso y disfrute de los espacios naturales.
Nuestra responsabilidad como viajeros
Pero también el viajero es responsable de conservar estos espacios. Principalmente, el viajero debe respetar la señalización de prevención y cuidados de áreas específicas en cada región, ya que éstas están adaptadas a las necesidades del entorno. Hay que prestar atención y acatar los mensajes de los carteles que, entre otras cosas, llaman a “No botar basura” en las playas (eso incluye colillas de cigarros, chapas, etc.) por razones obvias de salubridad y para la conservación de los espacios para futuras generaciones. Existen otros carteles que, como en el caso de la Isla Margarita, solicitan al visitante mantenerse alejados de determinados sectores de la playa por ser espacios donde las tortugas marinas han desovado. Otro ejemplo que cabe destacar, es el de algunos carteles de la Gran Sabana donde se les solicita a los turistas que saquen su basura fuera del Parque Nacional; esto, porque, por muchas razones, en él no existe un sistema apropiado para la recolección.
De igual manera, es importante apoyar las acciones realizadas por pequeños grupos en pro de la conservación. Cada día son más numerosos los espacios naturales con contenedores de desechos que invitan al visitante a disponer la basura por categoría (vidrio, papel, plástico). Sin embargo, muchas personas utilizan estos contenedores y no toman en cuenta la simbología que los identifica y distingue, dificultando consecuentemente el buen manejo de los desechos por parte de estas nobles organizaciones que sólo buscan colaborar.
Hay que tomar conciencia, de verdad, acerca de las condiciones de uso y disfrute de los hermosos espacios que todavía nos prodiga la naturaleza. Sólo así, podremos contar con un espacio de esparcimiento para cuando queramos volver.