El consumidor ecológico es aquel comprador o usuario que al momento de decidir por la adquisición de un bien o servicio opta por aquellos etiquetados como orgánicos, eco-amigables o ecológicos. Forma parte de un mercado que está constantemente transformando su percepción del entorno a medida que va adquiriendo más información que le ayude a contribuir con la mejoría del ambiente. Es preocupado activista quien busca adoptar hábitos que eleven su nivel de compromiso hacia un estilo de cada vez más “verde”.
El consumidor ecológico es pieza clave para la transformación de mercados y por lo tanto para la del sistema de producción.
Nuestra sociedad
Vivimos en una sociedad donde la industria incentiva el consumo y el uso de empaques. Formamos parte de un sistema “throw-away”, es decir, compramos para desechar. Los productos están fabricados para durar un tiempo determinado, luego ser desechados y sustituidos por nuevos o, en el mejor de los casos, podríamos sustituir sus partes por nuevas durante un lapso de tiempo. Adicionalmente, la existencia de empaques para proteger o publicitar un producto contribuye al aumento en la generación de desechos sólidos.
Los productos poseen una vida útil cada vez más corta. Esto se hace cada vez más evidente y se debe a la necesidad de los fabricantes de aumentar sus ganancias vendiendo más productos. Manifestándose en la evolución acelerada de la tecnología que obliga a adquirir productos más actualizados como es el caso de los artículos en telefonía celular o las cámaras fotográficas y los cambios constantes en las modas.
Con respecto a los empaques, ciertamente, cumplen varias funciones: protegen los artículos por más tiempo y durante la fase de su distribución, además contribuyen a introducir, refrescar o fortalecer una marca. Pero en la mayoría de las ocasiones los productos presentan exceso de empaques, ya que cada uno de estos provee una función específica. Por ejemplo, hay productos que vienen envueltos en una bolsa de plástico para proteger su frescura, luego tienen un cartón que lo separa de la caja para que el artículo no sufra ningún daño mientras es trasladado, obviamente la caja externa es la que promociona la marca a la que pertenece el producto, junto con las especificaciones e indicaciones referentes a su uso e ingredientes que posee y finalmente ésta es envuelta nuevamente en plástico para proteger dicha información.
De consumidor a consumidor ecológico
Si el consumidor no se toma el tiempo para escoger artículos de calidad tomando en cuenta su vida útil, al poco tiempo deberá invertir en un artículo para sustituir el anterior. Además, es el consumidor quien debe pagar, tanto el recargo del costo del producto por los empaques que este posee como por impuestos la recolección de estos desechos y es quien se ve afectado también por las consecuencias ambientales que crea manufacturar y desechar estos productos o empaques.
Por éstas y otras razones, las personas deben elevar su nivel de compromiso con el medio ambiente y preocuparse por adquirir productos de calidad que garanticen una larga vida útil, brinden la oportunidad de extender su funcionamiento sustituyendo algunas de sus partes por repuestos y generen menos desechos por su empaque o composición; obligando así a las empresas a ser más competitivas ofreciendo mejores opciones de compra de este tipo de productos, ya que el consumidor formara parte de un mercado que las empresas productoras querrán satisfacer.
Mientras más consumidores ecológicos existan, mayor oferta de productos ecológicos, orgánicos y eco-amigables habrá.