No tenemos otro mundo al que podernos mudar… Gabriel García Márquez
La naturaleza nos brinda alimento, los recursos para crear bienes con los que podemos crear vestimenta, medicinas y llevar una vida más cómoda, así como su energía, belleza y espacios donde podemos pasar el tiempo, practicar ejercicios, viajar, relajarnos o aislarnos del estrés causado por nuestro estilo de vida actual, pero generalmente estos recursos se explotan y consumen sin dar nada a cambio para su conservación.
El ser humano se diferencia del resto de los seres vivos por poseer raciocinio y libre albedrío, pero tiende a ensimismarse asumiendo posturas egoístas, ignorando su relación con el resto de los seres vivientes y olvidando que forma parte de un ecosistema y que su interacción con el resto de los seres es lo que nos permite disfrutar de la vida. Un ejemplo de esta conducta egocéntrica y del poco nivel de conciencia que existe entre el hombre y lo que le rodea es al estar en la playa y tirar la colilla de un cigarrillo u otro desecho en la arena, sin tomar en cuenta que en ese sitio donde disfrutas por la mañana de diversas actividades y donde compartes con tus seres queridos, es el mismo sitio a donde van, en la noche, las tortugas a desovar para poder subsistir por lo menos por una generación más.
Vivimos en una sociedad consumista acostumbrada a comprar cualquier cosa y después desecharla para luego volver a comprar otra más, lo que genera un ciclo vicioso cuyo resultado final es la producción de más y más basura. Nuestras acciones y conductas generan consecuencias en el medio ambiente. Cada uno de nosotros es responsable de los desechos que generamos, por lo tanto, el problema con la basura no termina cuando la sacamos de nuestras casas aunque la hubiésemos reciclado, nuestra responsabilidad al respecto va más allá. Es cierto que el reciclaje es uno de los principales hábitos que debemos adquirir todas las personas, tanto en las casas y oficinas como en cualquier otro lugar, pero la idea es producir menos basura y reciclar la que creamos.
El consumo de los recursos que nos brinda el medio ambiente sin contribuir a la preservación de estos y la generación indiscriminada de basura son actitudes irracionales y los perjudicados somos nosotros, hay que evitar pensar sólo en el presente y actuar de manera sustentable, es decir, conservar los recursos para que las próximas generaciones puedan disfrutar de ellos también. El cambio empieza internamente, en cada uno de nosotros y luego se manifiesta en el exterior, no se trata de cambiar drásticamente nuestro estilo de vida, lo importante es ser cada vez más conscientes de nuestro entorno y adoptar pequeños hábitos que a mediano y largo plazo contribuirán tanto con el ambiente como con nuestras vidas.