«Todos piensan en cambiar el mundo, pero nadie piensa en cambiarse a sí mismo” Alexei Tolstoi

Recordemos que para lograr cualquier cambio, y esto se puede aplicar a todos los contextos, es necesario empezar por transformarnos internamente; debemos modificar primero nuestra manera de ver las cosas y luego nuestra conducta. Así que el primer paso para mejorar la problemática ambiental a nivel mundial es tomar conciencia de los cambios que debemos realizar personalmente para que integrarlos a nuestros valores personales y estilos de vida. Asumir un comportamiento verde en nuestras vidas es un valor que debe estar intrínseco en nuestro ser y se debe manifestar en todos los ámbitos donde nos desenvolvemos (en la casa, oficina, lugares donde compartimos con nuestros amigos, ya sean locales nocturnos, escenarios naturales, etc.). Es necesario recaudar información sobre los hábitos que cada uno de nosotros podemos adoptar que contribuirán con este objetivo, además de analizar cada una de nuestras acciones pensando en la repercusión que puedan tener en el medio ambiente.

Luego de concienciar y afianzar este nuevo valor de nuestra vida, debemos tomar en cuenta otro aspecto muy importante: “somos consumidores” y el comercio se desarrolla en base a lo que queremos. La frase “el cliente siempre tiene la razón” manifiesta de manera indirecta, pero a la vez muy clara la importancia del consumidor (cliente)  en lo referente al sistema de comercio. Si éste empieza a mostrar interés en los eco-productos o en los productos orgánicos, los comerciantes se interesarán en adquirir, distribuir y vender productos de este tipo y por ende los productores se interesarán por fabricar bienes que cumplan con las exigencias del mercado, de igual manera irán adaptando poco a poco su tecnología de producción a sistemas cada vez más conservacionistas. Todo es una cadena que irá cambiando a medida que asumamos internamente estos valores. Probablemente al preguntar en alguna tienda si determinado producto consume más o menos energía que otro o si está hecho con materiales reciclados, etc., el vendedor los mire con cara de “este se volvió loco, de qué está hablando”, ya que en nuestro país no es común mostrar interés por el tema ambiental, pero por otra parte muchos de los productos que se importan al país dan cierta información al respecto en sus manuales.  

En caso de que nos miren con esa cara o que los manuales no manejen dicha información por lo menos se habrá sembrado la semilla del interés de los consumidores por estos temas en la cadena de comercio y de ahí se empezarán a desarrollar los cambios en los diferentes eslabones;  esta estrategia también se aplica a los servicios, ya sean turísticos o de otra índole. Es importante conocer y manejar información respecto al tema con la finalidad de afianzar este valor internamente y para no ser engañado por estrategias de marketing de algunas compañías quienes utilizan el término eco o ecológico a la ligera como una etiqueta para vender determinados productos y servicios que realmente no poseen los atributos necesarios en la mencionada categoría.

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