Pareciera que el tiempo se hubiera detenido, siento el latir de mi corazón muy pausado y escucho sonidos extraños cerca. Cierro y abro mis ojos lentamente, miro el cielo y contemplo un mundo estrellado que está a millones de años luz. Finalmente me encuentro en el lugar que, desde hace varios años atrás, despertaba el deseo de regalarle esta vista a mis ojos; el lugar donde el cielo se combina perfectamente con el relieve de las montañas y cuyo color verde da un tamiz hermoso para cualquiera que desee realizar una obra de arte. Hemos viajado varias horas en auto particular desde el sur de Ecuador, y nos encontramos en la cima de la caldera del Quilotoa, un tranquilo lugar para ir solo, en pareja o en grupo.
La travesía del descenso
Descendimos por un sendero y nos encontramos con un amigo guardaparque de la Reserva Ecológica Los Illinizas, quien muy amablemente nos brinda todo el asesoramiento para poder disfrutar de esta maravilla que tiene Ecuador. Nos registramos en la bitácora de visitantes y continuamos descendiendo, a lo lejos podemos ver como una señorita disfruta de montar a caballo en su travesía del descenso. Al llegar a la parte interna del cráter, la algarabía de los visitantes se podía notar en sus rostros.
Nos detenemos un momento y podemos contemplar a una pareja remando en kayak. Su alegría nos contagia, así que nos embarcamos a remar también en las extrañas aguas del Quilotoa. Tendré que ser sincero, remar en estas aguas ha sido uno de los mejores regalos que he tenido. Sentir el viento atravesando mi cuerpo será siempre una sensación indescriptible, admirar al Quilotoa desde sus aguas es ‘otra historia’.
Al finalizar, seguimos bajando por un sendero, disfrutamos de un delicioso choclo de maíz con queso que nos brindaron muy amablemente a un buen precio y continuamos nuestro recorrido.
Dentro del cráter del Quilotoa
Caminar por los senderos que se encuentran dentro del cráter del Quilotoa, nos permite admirar su vegetación y las montañas que nos rodean.
Luego de caminar y caminar hemos llegado al mirador, al que se puede ingresar también por Salalá. Desde aquí, la vista nos confirma que nuestra caminata ha valido la pena. Debemos agradecer el grato honor de haber tenido un buen guía, quien estuvo junto a nosotros en todo el sendero hasta llegar al mirador principal.
El Quilotoa en la Reserva Ecológica Los Illinizas, siempre me permitirá decir que puedo regresar sin pensarlo dos veces. La brisa, su viento, sus paisajes y esplendor forman parte de una experiencia inolvidable.
Escuchaba y leía con frecuencia sobre ese increíble lugar, así que un día me decidí y le dije a mi compañero de viajes «salgo para allá en 6 meses». Lo dije deseando que me quisiera acompañar, pero sin la seguridad de que pudiese hacerlo.
Durante ese tiempo me dediqué a ahorrar, a armar el equipo y la ruta. Iríamos como mochileros, ya que era un viaje muy exigente para el carro que tenía en esa época. La selección de lugares a visitar estaba definida por aquellos donde pudiésemos acampar y cuya distancia entre uno y otro no superara los 7Km. Informamos del plan a personas clave para que nos acompañaran y 3 de ellas se animaron.
Así nació ese primer viaje a La Gran Sabana, en el Parque Nacional Canaima, majestuoso lugar que me brindó un primer acercamiento a la tierra de los Tepuyes y que nos recibió con una cúpula de infinitas estrellas acompañadas por el sonido de la Quebrada Pacheco.
La naturaleza, así como el amor, sólo se entiende al contemplarla, al sentirla, al vivirla. Puedo escribir miles de historias y las palabras nunca me alcanzarán para expresar todo lo que ella genera en mi alma. Sin embargo, seguiré intentando narrar una ínfima parte de ese sentir.
La Reserva Nacional de Tambopata (Perú) es uno de los lugares con mayor biodiversidad del mundo, lo que podría traducirse a que hay muchísimas más posibilidades de ver diferentes especies en un corto recorrido a través de este lugar en comparación con otras áreas naturales. Para ejemplificar, puedo decir que con sólo caminar unos pocos metros hacia la entrada oficial de la reserva logré captar imágenes de monos, varias especies de mariposas, escuché algunas aves y visualicé algunos reptiles.
Ahondándome un poco más en esta área natural protegida es donde comienza la aventura que les quiero narrar. Estimados lectores es necesario acotar que la Reserva Nacional de Tambopata es parte de la Amazonía peruana: es selva.
Remando por el Lago Sandoval
Luego de hacer un primer recorrido remando por el Lago Sandoval, donde tuve la oportunidad de coincidir con compañeros de camino, entre ellos Pocahontas, tenía que completar mi misión: tomar fotos de especies claves para los objetivos de conservación en esta área natural protegida, en especial de lobos de río. Así que avanzada la tarde e ignorando la posibilidad de que empezara a llover me dispuse a iniciar un segundo recorrido por el lago en compañía de alguien a quien llamaré “la investigadora”, ya que no le he pedido permiso para publicar su nombre.
Inicia la aventura
A los pocos minutos de iniciada la travesía, le pregunté a la investigadora si se sentía cómoda con la idea de que nos alcanzara la lluvia en el lago, a lo que dio su visto bueno. Quienes me conocen saben que me encanta mojarme bajo la lluvia sobretodo si estoy inmersa en la naturaleza, así que al escuchar su respuesta se dibujó una enorme sonrisa en mi rostro, la cual estuvo acompañada por un comentario que hice sin mala intención, pero que (al parecer) el universo tiende a interpretar como osadía, dije: perfecto porque no le temo a la lluvia.
¿Les comenté que estaba en unos de los lugares con mayor biodiversidad del mundo?
Hago nuevamente la acotación porque a los pocos minutos de continuar con la travesía visualizamos un caimán a pocos metros de nosotras, bastante grande para mi poca experiencia en el tema. Obviamente, yo estaba feliz de poder contemplarlo aunque no haya podido sacar un buena fotografía de él.
Minutos después, y como era de esperarse, el universo decidió enseñarme nuevamente que debo ser más cuidadosa con mis palabras. El cielo empezó a oscurecerse cada vez más mientras empezaba la lluvia, augurando que lo bueno apenas comenzaba. Ante esta realidad decidimos abortar la misión e iniciar el retorno, ya que soy aventurera, pero con cierto nivel de sensatez. Digo “cierto nivel de sensatez” porque para ese momento ya era un poquito tarde, una tormenta eléctrica estaba iniciando.
Bajo la tormenta eléctrica
Remábamos a un ritmo constante y fluido hasta que la corriente decidió cambiar el rumbo de nuestra embarcación, sin embargo logramos mantener el curso hacia lo que aparentemente debía ser nuestro destino final. Mientras avanzábamos y como en una especie de toma cenital (desde arriba, como si me observara desde el cielo) veía nuestro bote, y a nosotras, como el punto más alto en medio del lago. Ese punto que podría ser tomado por un rayo como su conexión más fácil para llegar a tierra.
Como consecuencia de la fuerte lluvia, a partir de este punto no hay más fotos
Mientras remaba con los rayos cayendo a nuestro alrededor, recuerdo haber pensado: ¿por qué? ¿por qué me encuentro nuevamente en una situación de riesgo en medio de la naturaleza?, mientras una sonrisa en mi rostro acompañaba memorias de experiencias similares que en su momento les contaré. Eso sí, sin duda alguna la actual historia que se estaba desarrollando sería de las épicas, ya que ninguna había sido remando en un lago en una tormenta eléctrica.
Ante las preguntas que me planteaba, pero observando también nuestro buen desempeño y actitud para la situación en la que nos encontrábamos, mi niña interna (quien está muy bien conectada con mi corazón y tiende a tener razón con frecuencia) respondió: porque te gusta, lo disfrutas tanto que te hace sentir viva; además te hace más fuerte.
Como también era de esperarse, el universo me hizo salir de mi nube de pensamientos al mostrarnos un rayo caer casi al lado de nosotras, el cual estuvo acompañado por un estruendoso trueno que nos hizo saltar. En ese momento tuve que disculparme con el universo por mi comentario anterior y explicarle con mucha suavidad que obviamente respeto mucho a la naturaleza, por lo cual retiraba mis palabras y lamentaba que las interpretara de esa manera.
El trecho final
Por diferentes motivos remamos para acercarnos a la orilla, ahí me sentía más tranquila ya que teníamos a los árboles protegiéndonos de los rayos, en ese lugar las probabilidades de que nosotras fuéramos el punto de conexión a tierra disminuían. Sin embargo, remar cerca de la orilla tiende a presentar otro tipo de retos, por ejemplo: la corriente nos metió en una especie de remolino del cual nos costó un buen rato salir, las olas generadas por la tormenta intentaban voltear el bote y lo llenaban de agua, en un momento dado tuvimos que bajar del bote y asegurarlo por pocos minutos. Estar en ese lugar durante mucho tiempo podría representar que nos alcanzara la noche y, ahí, la aventura pasaría a un nuevo nivel de intensidad que personalmente evitaría en la medida de mis posibilidades.
Finalmente, luego de varias conversaciones para plantear estrategias de supervivencia retomamos el bote y después de un par de maniobras para liberarnos de las raíces de los manglares y salir de la corriente que nos arrastraba, logramos llegar a nuestro destino de desembarque antes que cayera el sol. Nos reímos, abrazamos y tomamos nuestra correspondiente selfie para dar cierre a la aventura e iniciar la caminata para llegar al puesto de guardaparques.
Tampoco he pedido permiso para publicar la selfie con la investigadora
Así termina esta historia, hubo otras anécdotas que me reservaré para cuando escriba mi libro, de todas formas espero haber creado sonrisas en sus niños (as) internos (as), se les quiere =)
Hace más de un año, en esos momentos de reflexión en los que buscas visualizar una nueva experiencia, una nueva aventura, me encontré escribiendo que quería ser Guardaparques. Al poco tiempo, en un momento de desesperación donde le pedía al mundo alguna señal para conectarme con algo que me apasionara y que me hiciera sentir que estaba avanzando, me llegó una convocatoria; era tan extraña.
Fue de esas situaciones raras que a menudo me pasan y me hacen muy feliz, solicitaban a un Guardaparques Voluntario para cubrir tareas de comunicación en la Reserva Nacional de Paracas. OBVIAMENTE, en la eterna improvisación, postulé sin dudarlo y allí estuve aprendiendo a honrar. Lo más extraño de la situación es que se manifestó algo que escribí a modo de juego, sin darle mayor atención o importancia, pero que evidentemente era algo muy deseado por una parte de mi ser.
Esta experiencia me permitió ahondar -aún más- en un mundo al que de cierta manera pertenezco desde pequeña: las áreas protegidas. Ahora no me quedaría a pernoctar por algunas noches en un parque nacional, sino que me quedaría a vivir por algunos meses en una reserva nacional. Oportunidad que además me permitiría explorar en algunas de mis facetas internas, de esas que podrían desconectarse de apegos materiales y sentimentales para vivir con lo más básico, inmersa en la naturaleza.
Entonces ahí estaba, viendo transcurrir los días mientras la visión de ser guardaparques me empezaba a cautivar entendiendo como el concepto de familia y de convivencia se puede transformar. Ahí, fui testigo de todo el trabajo que conlleva cuidar un área protegida, mientras esta labor pasa desapercibida ante miles de visitantes y turistas. También, en este lugar, pude contemplar el nivel de amor por la naturaleza que se desborda en cada uno de estos seres.
De los viajes y sus seres increíbles
Debo decir que través de innumerables viajes por áreas protegidas he tenido la oportunidad de compartir con la versión humanizada de pingüinos, zarcillos, mapaches, flamencos y pararé de contar. Incluso me he topado con uno que otro Tarzán y alguna Pocahontas.
En fin, seres increíbles cuyo trabajo debe ser respetado y reconocido por ser los guardianes de nuestros lugares de ensueño. Gracias a todos ellos por tan hermosa labor.
Aprendí a observar un poco más allá del horizonte al que estaba acostumbrada, ahora contemplo el cielo con detenimiento, entendiendo que al tomar una pausa podemos ampliar nuestra visión, aproximarnos, comunicarnos y observarnos mutuamente.
Byron Bird Buddies (BBB) es una comunidad conformada por grupos de voluntarios dedicados a la conservación de avifauna a través de la observación, educación y protección de hábitats en Cape Byron Marine Park (Parque Marino Cabo Byron), ubicado en New South Wales (NSW), Australia. Su propósito es la conservación de aves por ser clave para garantizar la disponibilidad y aprovechamiento de los recursos naturales que esta área provee para el bienestar humano.
A raíz del crecimiento poblacional y desarrollo urbano de Byron Bay y sus alrededores, BBB persigue minimizar el impacto ambiental que se está generando en 5 ecosistemas pertenecientes a Cape Byron Marine Park (entre los que destaca un humedal y un estuario). Por consiguiente, ofrece regularmente programas y servicios de monitoreo, conservación y educación dirigidos a empresas, individuos o grupos interesados en esta labor y, bajo este mismo esquema, a escuelas dentro o a los alrededores de Byron Bay. Cabe resaltar que la información registrada en sus actividades es publicada anualmente y sirve de apoyo a diferentes organizaciones vinculadas con el manejo de áreas protegidas.
Transformando la perspectiva de observación
Conocer a Jan Olley, actual coordinadora de Byron Bird Buddies y haber tenido la oportunidad de acompañarlos en algunas de sus actividades transformó mi perspectiva sobre la observación de aves. Aprender sobre el comportamiento de estas especies, sus cantos y movimientos me ha brindado un nuevo enfoque en temas de interpretación, comunicación y viajes.
Mientras más conozco sobre la observación de aves, más me intereso en ella; gracias a esta actividad he podido aplicar en un contexto diferente los conceptos de visión focal y panorámica con los que me familiaricé al aprender sobre fotografía y yoga. De igual manera, he podido analizar la dinámica de migración desde un nuevo enfoque, las diferencias entre viajar en grupo y viajar acompañada, los riesgos que se generan al desplazarse vs las experiencias que alimentan el espíritu. He aprendido disfrutar aún más del viento.
Los miembros de Byron Bird Buddies son expertos en su labor, para quienes deseen conocer más sobre sus estrategias de conservación o quieran colaborar en alguna de sus actividades les dejo el link de su website: http://www.byronbirdbuddies.com.au
Y para conocer otras iniciativas vinculadas al Turismo Responsable entre América del Sur y del Pacífico Sur mantente al día con las publicaciones de Conciencia y Confluencia (cyC), las cuales serán anunciadas por nuestras redes sociales:
En esa eterna búsqueda de destinos inspiradores que combinen la proximidad a áreas protegidas con una experiencia de servicios inolvidables y responsabilidad socio-ambiental, me encontré con un lugar que elevó por completo mis expectativas
Wollemi Wilderness Cabins es un lugar donde se concentra un espiral infinito de creatividad que rompe paradigmas. En 600 acres de bosque prístino ubicado dentro de Las Grandes Montañas Azules, justo al lado del Parque Nacional Wollemi en NSW, Australia; se ofrece hospedaje en 8 estructuras diseñadas para que sus huéspedes puedan relajarse y disfrutar del bienestar que genera experimentar un retiro en un ambiente privado. Adicionalmente, brinda alternativas de esparcimiento que les permitan incrementar el contacto y conocimiento sobre esta área que ha sido reconocida como Patrimonio de la Humanidad.
Su fundador, Lionel Buckett, invita a parejas, familias, grupos de trabajo y participantes de proyectos creativos a inspirarse en sus aposentos.
Todo nace de la inspiración
Las estructuras de Lionel también son conocidas como Love Cabins, en ellas podemos encontrar la combinación perfecta entre exclusividad y conexión con la naturaleza. Cada una alberga un cálido ambiente, con detalles únicos y una vista espectacular; elementos que generan una atmósfera privada, inspiradora y de conexión con la naturaleza.
Entre sus creaciones destacan las inconfundibles Tree House (Casa del Árbol), Enchanted Cave (Cueva Encantada), Dream Cabin (Cabaña de Sueños) y Love Tee Pee.
Descubre la naturaleza del Wollemi Wilderness Cabins a través de experiencias turísticas vivenciales enfocadas en transformar la visión convencional sobre la naturaleza; puedes sumergirte en una placentera caminata a Mountain Lagoon, maravillarte con el espectacular Glow Worm tour o involucrarte con proyectos de responsabilidad socio-ambiental como el Garden Beds Tour.
Este último es una propuesta de agricultura orgánica de Harvest Hampers, enfocada en mejorar las prácticas del manejo de la tierra para restaurar la salud de los suelos y contribuir con el desarrollo de un sistema de producción de comida local.
Para conocer otros destinos excepcionales de Turismo Responsable de América del Sur y del Pacífico Sur, mantente al día con las publicaciones de Conciencia y Confluencia (cyC), las cuales serán anunciadas por nuestras redes sociales: https://www.facebook.com/CONCIENCIA-Y-CONFLUENCIA-195190702048/?fref=ts
Desde la calma y el silencio una bandada jugaba a transformar el cielo en océano. Ondas simulaban ser olas y cantos que imitaban el sonido del mar.
La Reserva Nacional de Paracas (RNP) fue el primer Área Natural Protegida marino-costera del Perú, la cual está conformada por 335.000 hectáreas de gran diversidad biológica, cultural y paisajística. Estos elementos le han conferido reconocimientos por parte de diferentes organizaciones, tal es el caso de BirdLife y la Red Hemisférica de Reservas de Aves Playeras; también está considerada como Sitio Ramsar por estar incluida en la Lista de Humedales de importancia internacional.
Un lugar de encuentro para los viajeros
Por ser un área marino costera con abundantes y diversos recursos, la RNP es muy atractiva para diferentes especies de aves migratorias y tortugas marinas que se desplazan por largas distancias en búsqueda de alimento y descanso. Esta biodiversidad se conjuga para brindar un alto atractivo paisajístico que la convierte en un destino ideal para vacacionar, disfrutar de la observación de especies silvestres (aves, lobos marinos y pingüinos) y para para prácticas de aventura como el buceo, ciclismo, kitesurf, caminatas de interpretación y kayaking.
La Reserva y el mundo
La belleza y el buen estado de conservación de los parajes de esta Área Natural Protegida la convierten en un destino de interés para el desarrollo de prácticas responsables por parte de turistas nacionales e internacionales. Es un privilegio contemplar los colores, texturas y sonidos que se agrupan ante la inmensidad de su desierto, mar y humedal proporcionando una experiencia única para los eternos enamorados de la naturaleza.
La Reserva Nacional de Paracas es uno de los destinos a promocionar en la Ruta de Turismo Responsable de cyConfluencia. Estén atentos a la información que estaremos publicando sobre proyectos y servicios que se están desarrollando aquí, los cuales serán anunciados a través de nuestras redes sociales:
Oxapampa es una provincia del Perú que se ubica en el departamento de Pasco, en el flanco oriental de la Cordillera de Los Andes; ocupa un territorio de 1.800.000 hectáreas que destaca por ser una muestra representativa de selva alta, selva baja y puna húmeda de la región amazónica de este país. Estas características le han conferido el título Reserva de Biósfera Oxapampa-Asháninka-Yánesha (RBOAY), el cual fue otorgado por la UNESCO en 2010.
Interculturalidad y conservación
La RBOAY es un destino que brinda la oportunidad de explorar en conocimientos ancestrales y áreas naturales protegidas permitiendo que tanto los viajeros como la comunidad anfitriona puedan recrearse y nutrirse por el encuentro.
La diversidad cultural de la población Oxapampina se debe a estar conformada por descendientes de colonos de origen andino y europeo (austriaco, alemán y yugoslavo) y habitantes de origen nativo pertenecientes a las etnias Yánesha y Asháninka, lo que permite vivir una experiencia intercultural a quienes visitan este destino. Adicionalmente, la reserva contiene en su extensión El Parque Nacional Yanachaga Chemillén (PNYCh), el cual protege aproximadamente 120.000 hectáreas de bosques de importante riqueza biológica y cultural que además juegan un papel primordial en el abastecimiento de agua para el consumo humano, agrícola e industrial de diversas áreas colindantes.
En el PNYCh, destacan la vegetación y fauna de bosques nubosos cuya alta diversidad biológica contribuye a desarrollar su capacidad de captura de agua por intercepción de las nubes y están considerados como uno de los ecosistemas más frágiles a escala mundial, principalmente por los procesos de degradación a los que están expuestos a causa del uso excesivo de sus recursos y su conversión a sistemas agropastoriles.
Descubre Oxapampa
Las Reservas de Biósfera promueven la integración armoniosa entre las personas y la naturaleza a través del diálogo participativo para garantizar el desarrollo sostenible económico, social, cultural e incluso espiritual, lo que genera un gran atractivo turístico para quienes buscan vivir una experiencia de viaje poco convencional. Es muy interesante observar como la población se Oxapampa ha buscado integrar su diversidad biológica y cultural con el fin de promover un desarrollo sostenible.
Descubre y explora Oxapampa practicando turismo responsable con nuestros aliados y amigos:
“Ellas también son azules. No es sólo el efecto de la distancia, es también la característica y evocativa atmósfera de niebla azul de las finas gotas de aceite, las cuales se dispersan desde eucaliptos -su vegetación dominante- y perfuman el aire» (Nominación del Área de las Grandes Montañas Azules como Patrimonio de la Humanidad)
La Región de Las Grandes Montañas Azules (LRGMA) combina su accesible y majestuoso paisaje con una gran variedad de facilidades y servicios que atraen a diversos grupos de visitantes. Bosques lluviosos, mesetas de areniscas, valles profundos, acantilados y cuevas brindan emoción a los aventureros del mundo; mientras que su cercanía a la ciudad más poblada de Australia (Sydney) junto a los miradores, espacios para picnics y senderos crean el destino perfecto para el disfrute de quienes residen en áreas cercanas.
Patrimonio de la Humanidad
LRGMA abarca una extensión de 1.032.649 hectáreas que ha sido reconocida por la Unesco como un sitio Patrimonio Mundial o Patrimonio de la Humanidad desde diciembre de 2002, está conformada por 7 parques nacionales y una reserva de conservación cárstica, cuya zona de amortiguamiento está integrada por 86.200 hectáreas. El Parque Nacional Montañas Azules, Parque Nacional Wollemi, Parque Nacional Kanangra-Boyd, Parque Nacional Yengo, Parque Nacional Jardines de Piedras, Parque Nacional Nattai, Parque Nacional Lagos Thirlmere junto a la Reserva de Conservación Cárstica Jenolan son las ocho áreas protegidas incluidas en este sitio.
Cabe destacar, la región también puede ser dividida en cuatro sectores geográficos delimitados por diferencias paisajísticas y de vegetación, cada una de ellas se identifica bajo nombres aborígenes: Monundilla (noroeste), Mellong (noreste), Kedumba (central) and Colong (sur)”. Adicionalmente, su emblemático bosque de eucaliptos describe a LRGMA como un «laboratorio natural», el cual proporciona la oportunidad de estudiar la evolución esta especie y, a su vez, sirve de ejemplo para demostrar cómo su biodiversidad y estrategias de manejo del área brindan el ideal de un aula al aire libre para aquellos estudiantes y profesionales que buscan experiencias prácticas en campo.
Sentido de pertenencia: clave para la conservación
El sentido de pertenencia es un valor indispensable para mejorar la prácticas en el buen uso y manejo de las áreas protegidas (AP), ya que lo que se quiere se protege. Por ello, coordinar acciones conjuntas basadas en la cooperación entre los diferentes grupos que hacen vida en/alrededor de estas áreas es vital para garantizar su conservación. La comunidad de Las Montañas Azules demuestra un arraigado sentido de pertenencia a través del trabajo conjunto de sus miembros. Prestadores de servicios turísticos, habitantes, instituciones/organizaciones y turistas desarrollan sus prácticas en miras de velar por la salud del ecosistema.
The Blue Mountains (Las Montañas Azules) es uno de los destinos a promocionar en la Ruta de Turismo Responsable de cyConfluencia. Estén atentos a la información que estaremos publicando sobre hermosos proyectos y servicios que se están desarrollando en este mágico lugar, los cuales serán anunciados a través de nuestras redes sociales: https://www.facebook.com/pages/CONCIENCIA-Y-CONFLUENCIA/195190702048
Ulcumano es un árbol nativo de la región que por muchos años ha sido talado para la construcción de viviendas en Oxapampa y que es el objeto de conservación de esta propuesta.
Ulcumano Ecolodge es la materialización de un concepto que busca generar menos impacto en la naturaleza y un valor agregado que magnifique la experiencia de viaje. Desde la selección del terreno y durante su construcción, el ecolodge está orientado al turismo y manejo de recursos de una manera sostenible. Ubicado en medio de un bosque montano (nublado) y contando un área de 51 hectáreas de bosque primario (no tocado) como concesión con fines de conservación, el Lodge brinda ricos ambientales como paisaje, agua y una gran biodiversidad de flora y fauna donde se han registrado cerca de 160 especies de aves.
Ulcumano Ecolodge tiene como misión “servir como ejemplo para la población local acerca de cómo se pueden llevar de mano la conservación de los bosques y el desarrollo económico de una manera sostenible”, nos comenta su fundador Eduardo de la Cadena. Por ello, a través de programas de reforestación, observación de aves, caminatas de interpretación ambiental, entre otros servicios los visitantes podrán conocer de la importancia de este ecosistema para la formación del agua y de las especies que en éste habitan.
La historia
Rodando por el camino que lo llevaba hacia la Patagonia, Eduardo de la Cadena llega a la Provincia de Oxapampa, actual Reserva de Biósfera de la región de Pasco en Perú, cuya diversidad biológica, paisajística y cultural lo hacen desistir de su travesía para iniciar allí un nuevo sueño llamado Ulcumano Ecolodge.
Al llegar a Oxapampa, este Ingeniero Forestal especializado en ecoturismo, empieza a trabajar como Jefe del Parque Nacional Yanachaga Chemillén, posteriormente viaja a Costa Rica y Belice donde encuentra las bases conceptuales para desarrollar su idea: una infraestructura que permita vivir plenamente una experiencia ecoturística.
Vuela y camina entre árboles… Descansa en el Ecolodge
Ulcumano Ecolodge ofrece diferentes actividades y tours dentro de las categorías Turismo de Naturaleza y Turismo de Aventura a quienes se animan a explorar el área. Destacándose la Observación de Aves endémicas y migratorias o el Canopy Tour, un recorrido de 1000 metros de longitud entre puentes colgantes y tirolesas.
Fotografía cortesía de Ulcumano Ecolodge
Fotografía cortesía de Ulcumano Ecolodge
Adicionalmente, brinda un servicio personalizado en sus 4 cabañas dobles, cuya capacidad total es para 16 personas; éstas poseen agua caliente en cada baño y productos biodegradables cuyos empaques son 100% reciclables. Comedor, amplios balcones y una biblioteca especializada son parte de los espacios que ofrece el ecolodge para el disfrute de sus huéspedes.
Para conocer más sobre iniciativas de Conservación y Turismo Responsable entre América del Sur y el Pacífico Sur mantente al día con las publicaciones de Conciencia y Confluencia, las cuales serán anunciadas por nuestras redes sociales: https://www.facebook.com/pages/CONCIENCIA-Y-CONFLUENCIA/195190702048