“La sabiduría es hija de la experiencia”. Leonardo Da Vinci

El cambio climático a nivel mundial es evidente para los ojos de cualquier ser humano, también lo es uno de sus efectos en los diferentes países: la variación de los niveles en la reserva del líquido vital para la existencia de todo ser vivo, es decir, el agua.

La naturaleza enseña

Algunos científicos tienen la teoría del calentamiento global como causante y acelerador de este proceso; en caso contrario los disidentes a esta teoría alegan que esto no es la causa, pero cualquiera sea la versión del por qué no es el tema a desarrollar en este artículo, ya que eso no hace algún cambio de la realidad. Lo cierto es que los pueblos han aprendido de los ritmos de la naturaleza y así seguirá siendo. Por ejemplo, en Australia, tras los fuertes períodos de sequía que caracterizaron por muchos años a un gran porcentaje del territorio, sus habitantes se vieron en la necesidad de desarrollar un estilo de vida ahorrativo de agua. Las personas debían ducharse en un máximo de 3 o 4 minutos, las casas poseían (aún lo tienen) pequeños relojes de arena para contabilizar el tiempo de baño; en el lavaplatos se colocaba un tapón para mantener agua caliente con jabón y sumergir allí los platos sucios, luego estos se restregaban y secaban sin enjuagar; en el campo el retrete carecía de agua por lo que se creaba una especie letrina que una vez utilizada se le ponía aserrín para absorber los malos olores y evitar la propagación de plagas. En Australia muchas de estas costumbres se mantienen a pesar de manifestarse el cambio climático con aumento de las lluvias, ya que han aprendido a apreciar sus recursos en base a la experiencia.

Similarmente, Arabia Saudita se ha caracterizado por la escasez de agua obligando a las personas a buscar estrategias de reciclado de ésta: la utilizada para el aseo personal luego se reusa en otras tareas como el regado de plantas, existen plantas de tratado de agua y desalinizadoras.

Nos toca aprender

En contraste, Venezuela siempre ha gozado de la abundancia del agua así como de otros recursos y nunca se ha generado un nivel de conciencia de ahorro de estos, incluso cuando muchos de los habitantes del país son inmigrantes o de ascendencia extranjera, por lo que conocen estrategias de ahorro aplicadas en sus países de origen.

Esto ha permitido mantener una actitud de despilfarro de nuestros recursos. Hemos gozado de largas duchas,  así como de lavar carros, vajilla, ropa u otros sin preocuparnos por la cantidad de agua utilizada y  manteniendo en todo momento la llave del agua abierta, los niños han disfrutado de juegos con mangueras de aguas, incluso hay personas quienes prefieren lavar los pisos con éstas y obviando la posibilidad de usar un cepillo, coleto u otro.

Sin embargo, hoy en día los cambios climáticos nos están afectando como al resto del mundo, por lo tanto es hora de reflexionar al respecto y cambiar nuestro estilo de vida. Es importante tomar medidas, porque es un hecho la escasez de este preciado líquido en nuestro país y si no queremos agravar más la situación, que nos afecta directamente a nosotros, es prioritario cambiar nuestros hábitos de consumo del mismo. Alternativas para solucionar y aminorar los problemas siempre hay, sólo debemos activar nuestra conciencia y tomar decisiones al respecto.

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