«No se puede creer en lo que no se entiende» P. Abelard

Desde hace varios años se ha hecho más evidente la presencia en el mercado de productos y servicios etiquetados como orgánicos, ecológicos o en otros casos eco-amigables. En ocasiones estos términos se utilizan como herramientas de mercadeo para catalogar productos y servicios que verdaderamente no poseen los atributos o características merecedores de estos. Existen diferencias importantes que se deben conocer para mejorar nuestra decisión de compra como consumidor y no dejarnos llevar sólo por estrategias de mercadeo manipuladoras.

El uso de esta terminología se ha originado para diferenciar productos que por su manufacturación, ingredientes, empaques u otros particularidades generan un menor o ningún impacto sobre el medio ambiente. A diferencia de otros que por emplear químicos o tecnologías de diferentes estilos en estos procesos afectan tanto al medio ambiente como al consumidor.

Los antecedentes

La tendencia de la industria de acelerar procesos de producción para incrementar sus ganancias con rapidez, asistir mercados cada vez más grandes y ganarle en ventas a la competencia, es una de las causas para el uso de estas etiquetas.

En la producción de bienes y servicios se hace el uso de tecnologías que son nocivas para la salud. A muchos alimentos se le agregan químicos para que crezcan más rápido o se conserven por más tiempo. A los animales comestibles, por ejemplo, se les inyectan hormonas en sus dietas, además de criarlos en espacios reducidos donde están hacinados unos con otros, coartando su libertad de movimiento. También se crean ambientes hostiles dónde estos son sometidos a luz artificial constante para simular la luz del día y acelerar su proceso de crecimiento y engorde.

Lo grave, además de la tortura por la que pasan los animales y el daño que se hace al ambiente con el uso de estos químicos, es que somos nosotros los seres humanos, quienes consumimos esos productos y quienes estamos alterando nuestro medioambiente.

Sobre los productos orgánicos

Afortunadamente algunos productores mantienen o están adoptando sistemas de producción naturales y son estos productos los que deben utilizar el apelativo “producto orgánico”. Los productos orgánicos son aquellos bienes alimenticios en cuyo proceso de siembra, cosecha y distribución no han sido contaminados por fertilizantes, pesticidas o preservativos químicos. Han crecido bajos técnicas agrícolas tradicionales sin contacto con químicos o procesos que alteren sus condiciones naturales. Por ejemplo, las frutas hortalizas o vegetales han sido cosechadas luego de culminar su período de  desarrollo natural, no han sido afectadas por químicos que aceleran este proceso. De igual manera en el caso de la carne de animales, ya sean blancas o rojas y los huevos se utiliza el término orgánico cuando los animales han crecido espacios amplios, dónde pueden movilizarse con cierta libertad y no han sido hacinados ni alimentados con hormonas como es un típico caso del pollo.

Adquirir estos productos orgánicos contribuye con la producción local, ya que los productores buscarán mercadear sus productos en las cercanías de donde son cosechados para no aplicarle preservativos. Además, son más frescos y sanos.

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