“El hombre puede vivir algún tiempo sin comer; menos, sin beber; pero sin respirar su existencia continúa sólo muy pocos minutos” Yogi Ramacharaka.
Sabemos que la respiración es sinónimo de vida. Es un proceso que normalmente se realiza de manera inconsciente, ya que el hombre no tiene necesidad de ser enseñado a respirar, pero una de las ventajas de hacerlo de manera consciente es que podemos corregir los malos hábitos que hemos adoptado durante el desarrollo de la civilización y que impiden gozar de los beneficios físicos, mentales y espirituales que una adecuada respiración brinda.
Sobre la respiración
Entre los beneficios físicos que aporta se encuentran proporcionar vitalidad e inmunizar contra las enfermedades. Yogi Ramacharaka expresa que “se ha de notar que las teorías científicas occidentales referentes a la respiración se limitan a la absorción del oxígeno y su uso a través del sistema circulatorio, mientras que la teoría yoghi toma también en cuenta la absorción de prana -energía vital – y su manifestación por los canales del sistema nervioso”. Esta reflexión nos brinda una visión holística en relación a los beneficios mentales y espirituales involucrados en este proceso, entre los cuales podríamos mencionar el fortalecimiento de buenos estados de ánimo, dominio sobre sí mismo, disminución y control del estrés, entre otros.
Respiración consciente
Al respirar conscientemente podemos reconocer nuestras emociones sin dejar que ellas se hagan dueñas de nuestras acciones.
El ser humano ha viciado los hábitos de una correcta respiración por lo que se hace necesario dedicar tiempo a concienciar este proceso para evaluar su calidad y habituarnos a depurar esos vicios. Es a través de la respiración consciente que podremos adoptar hábitos sanos, lo que consecuentemente permitirá que gocemos notoriamente de sus beneficios y tengamos un mejor entendimiento de nosotros mismos.