Las emociones deben ser observadas para aprender de ellas, ya que su incidencia en nuestra motivación y comportamiento podrían generar reacciones contraproducentes que nos afectan tanto a nosotros como a nuestro entorno, generándose así problemas como la incapacidad de autocontención, de amor propio o la afección de nuestro sentido de pertenencia.
Ante la infinidad de estímulos e información que recibimos diariamente y que nos generan emociones, en muchos casos sin poder procesarlas adecuadamente, se hace necesario crear momentos de aislamiento para reflexionar sobre ellas mejorando así nuestro entendimiento personal y ampliando la posibilidad de transformar nuestra manera de percibir la realidad.